Llegó a casa cansada. Había pasado la tarde con un viejo amigo, para despejarse después del trabajo. Entró en la habitación y dejó el abrigo y el bolso sobre la silla. Se dirigió a la nevera a por un refresco. Necesitaba beber algo, estaba sedienta. Se sentó en el sofá y encendió la tele. Buscando y buscando entre canales no encontró nada interesante. Decidió hacer algo diferente y entró en la habitación plagada de estanterías repletas de libros, revistas, cds de música e incluso cassettes. Entre todo aquello encontró un álbum de fotos de su infancia. “No es bueno remover el pasado, pero también es bueno acordarse de los que ya no están aquí” pensó. Abrió la tapa y ahí estaba la primera foto: toda la familia en plan dominguero en la playa. “¡Oh!, que buenos tiempos” pensó y siguiendo pasando hojas amarillentas de aquel antiguo álbum. Bautizos, fiestas del colegio, comuniones, bodas, vacaciones en familia, fiestas regionales…Cuando acabó de verlo cerró los ojos y se tumbó en la cama, quería soñar por una vez en aquella época tan, como decirlo, aburrida, monótona, sin vida, gris, ausente… con algo bonito que le hiciera sonreír aunque fuera un sueño…
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