Se despertó de la siesta aburrido, desganado, sin saber qué hacer. Estaba algo espeso, así que decidió asomarse por el balcón para sentir la brisa del mar en su rostro y deleitarse con el paisaje. Fina arena de playa, color azul, cielo y tierra juntándose en una misma línea y justo al fondo… el mítico faro. De vez en cuando funcionaba, pero muy pocas veces lo había visto iluminarse. Pensó en los barcos perdidos, la tripulación desesperada por encontrar la luz de un faro y saber que pronto llegarían a tierra. Así se sentía él. Perdido en un camino eterno, sin encontrar el final, sin destino concreto, sin llegar a tierra firme. Necesitaba que el faro le diese un ápice de luz para seguir caminando, sólo una señal que pudiera interpretar de forma que le ayudara continuar. Y ahí se quedó, observando el paisaje por el balcón con la mirada perdida, esperando a que el famoso faro iluminase el mar para poder encontrar el camino…
PD: "Un paso es avanzar hacia delante, una caída es un instante de ver que hay que dejar correr el tiempo..."