El otro día leí una historia que me llamó la atención y hoy la he recordado. Trataba de una chica que quería desaparecer del mundo sin que nadie se diera cuenta. Un día salió para buscar un buen escondite en el que la nadie la encontrara, pero corría el riesgo de que alguien la viera o la siguiera por el camino. Decidió cambiar su imagen, ser otra persona y marchar en busca del mejor escondrijo. El camino de sus problemas, sus preocupaciones, sus relaciones, sus pensamientos, sus ideas, sus recuerdos, sus amistades... pero era más complicado de lo que ella pensaba. No se sentía cómoda con esa nueva identidad. No sabía que hacer, sólo tenía dos opciones: seguir el camino hacia delante, insegura de su nuevo disfraz o retomar el camino en sentido contrario y volver a ser ella misma. No quería elegir, así que se detuvo a reflexionar. De repente, un pequeño pitido la sacó de su abstracción. Era un sms recibido en su móvil. El número era desconocido, pero el contenido del mensaje le hizo reflexionar: "Te he visto y sabía que eras tú. No puedes faltar, lo sabes. Tienes algo que te hace única y ese algo eres tu misma. Desaparecer no es tan fácil como piensas..." En ese instante entendió que la persona anónima al otro lado del teléfono tenía razón. Retomó sus pasos en sentido contrario y regresó al punto de partida. Allí le esperaba todo aquello de lo que quería deshacerse y se dio cuenta de lo importante que era.
Hoy me ha pasado lo mismo, pero me he dado cuenta que era demasiado complicado y la vida demasiado corta como para desaparecer.
PD: "Sonríe, estás a tiempo"
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