Viento, frío, hielo, niebla… eso es lo que siente en su interior. Por más que se abriga siente que el frío le llega hasta los huesos. Camina por las calles y siente frío. En el trabajo siente frío. En casa siente frío. Abrigos, gorros, guantes, mantas, bufandas… se envuelve en todo ello y el frío no se marcha. Manos frías, cabeza fría, sangre fría, corazón frío… Intenta solucionarlo con una ducha bien caliente. Pero no tiene efecto. Sigue fría, helada incluso. Después de mucho tiritar, al fin se da cuenta de que en verdad no hace frío. Solo tiene que buscar algo de calor, pero no encuentra dónde, ni cuándo, ni en QUIÉN…
1 comentario:
ya veo en que te has inspirado....jajajaj!
por cierto ya he cambiado el color ;)
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