7 de Marzo, ¿Enfadarse o no enfadarse? Esa es la cuestión

Hay un momento en la vida en el que te das cuenta que no merece la pena enfadarse por nada. Después de tantos enfados llegas a la conclusión de que no te ha servido de gran ayuda. Bueno sí, te hierve la sangre cual puchero de una bruja en la Edad Media y para colmo si te muerdes la lengua te envenenas. Siempre te acabas preguntando ¿por qué? Y nunca encuentras una respuesta adecuada que te resuelva algo.

Lo peor es cuando te enfadas con alguien que ni si quiera se encuentra presente. Eso señores/as sí que es una guarrada. Sí como lo leen, guarrada con todas sus letras y si me apuran hasta en mayúsculas. Obviamente depende del vínculo que tengan con esa persona, puesto que si es un/a mierda seca la verdad es que les importará un carajo lo que ocurra después. Pero claro, si el/la individuo/a en cuestión resulta importante para ustedes el post-cabreo no será igual. No me voy a meter en terreno pantanoso que me conozco, y el resultado de estas líneas sería tan negro y triste que ni Don Limpio podría arreglarlo. Como decía, que lo más chungo es cuando después de la discusión pues eso, te hierve la sangre, se te ponen los pelos como si un rayo te hubiera caído encima, se te tiñen los ojos de rojo y de negro el corazón hasta que haces: ¡¡PAAAAAAMMMM!!! Y todos los sesos de tu cerebro se quedan pegados por las paredes de la casa y no te queda otra que limpiar y recogerlos y ponerte a pensar calmadamente. Si les digo la verdad eso de pensar no sirve para nada en estos casos, bueno sí para darte más dolor de cabeza del que ya tenías después de que saltará tu materia gris por los aires.

Después de todo he llegado a la conclusión de que a mí, al menos, no me merece la pena enfadarme. La cosa no es pasar de la discusión, bueno sí, un poquito sí, bueno vaaaaale, un mucho. Sí, seré ignorante es esos aspectos pero así soy, no del todo feliz, pero me ayuda a serlo un poquito más. No es que tenga miedo a discutir, es que ya me he cansado.

PD: “Ójala la vida se pudiera rebobinar, pero soy tan desgraciado que seguro que la vuelvo a cagar” (Sho-Hai)